Ivie Jordan ha llevado una vida bastante tranquila, y así es como le gusta. Sobre todo porque es la primera en admitir que no se le dan bien las situaciones sociales. Es una orgullosa propietaria de un negocio y, aunque no tiene familia, cuenta con una red de personas que se preocupan por ella. No sabía que ser aceptada en ese redil venía acompañado de una lista de problemas. Cuando ocurre lo peor y se ve obligada a confiar en el apuesto héroe alfa que acude a rescatarla, descubre a su malvada interior y a la sensual zorra que lleva en el otro hombro.
Lástima que los dos estén literalmente corriendo por sus vidas y tratando de garantizar la seguridad de sus seres queridos. Hay mucho más en juego de lo que parece.
Es hora de que los cazados se conviertan en cazadores.
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